lunedì 28 gennaio 2013

Edición de textos

Editar, editar bien, es un acto de cultura, de convicción y creencia en unos valores culturales. Y, por tanto, un acto político.




Si la filología es la ciencia que se ocupa de la conservación, restauración y presentación editorial de los textos, la crítica textual (o ecdótica) es su disciplina principal. Su finalidad es conducirnos al texto más auténtico y verdadero salido de manos del autor. 

A lo largo de la historia, la recuperación de textos ha sido preocupación de los pueblos más civilizados, conscientes de su legado cultural y de la necesidad de preservarlo. Tal necesidad fue sentida ya en época helenística, en el siglo III a.C., cuando los gramáticos alejandrinos trataron de recuperar los textos de la antigua poesía homérica y redactarlos en su forma definitiva.

A partir de su ejemplo, la edición de textos conoció momentos de gran esplendor con los Humanistas del siglo XV-XVI. Frente a la práctica de editar a partir de la edición más reciente, propusieron la búsqueda de los codices vetustiores y la corrección de la vulgata mediante el iudicium y la emendatio ope codicum. Angelo Poliziano (Miscellanea), Poggio Bracciolini (Quintiliano y Cicerón), Coluccio Salutati (Cartas a Lucilio de Séneca y Ciudad de Dios de San Agustín) y Lorenzo Valla (Constitutum Constantini) los nombres más destacados.

Fue en el siglo XIX cuando el filólogo Karl Lachmann (Lucrecio, Berlín, 1850) renovó el método de la reconstrucción y autentificación de los textos. Tres las operaciones: la recensio (recogida de testimonios, colación y determinación de relaciones para crear el stemma), la emendatio (reconstrucción del arquetipo mediante enmienda de errores y selección de variantes) y la constitutio textum (pasar al probable original mediante la divinatio, restauración del texto basada en el usus scribendi y en el iudicium del editor).

Crítico con Lachmann fue su discípulo Josep Bédier (La Chanson de Roland sobre el Códice Oxford, 1921) quien observó que las ramificaciónes más complejas se reducían siempre a una estructura binaria, quedando anulada la validez de la ley de la mayoría aplicada por Lachmann. Para evitar el problema, propone volver al bon manuscrit.

En los años '30 del siglo XX surge en Italia una Nueva Filología que quería combinar el rigor estematico con el estudio de la historia de la tradición de lo textos, individualizando así cada problema. Giorgio Pascali en Storia della tradizione e critica del testo (1934) introdujo el estudio de las variantes de autor y Michele Barbi en La nuova filologia e l'edizione dei nostri scrittori da Dante a Manzoni (1938) subraya la diferencia entre los procesos de producción y de transmisión de textos de las obras medievales y las de la antiguedad grecolatina. Entre los filólogos Gianfranco Contini, Cesare Segre, Arturo Roncaglia, Alberto Várvaro, Gianfranco Folena (Dante) y Vittore Branca (Boccaccio).

En Inglaterra el estudio de las obras de Shakespeare condujo al desarrollo de una filología en lengua vulgar aplicada a los textos impresos. Alcanzó gran difusión el método genealógico del copy-text o texto base de Walter W. Greg. Este texto, normalmente la princeps, será elegido para la edición crítica.

La Escuela de Filología Española de Ramón Menéndez Pidal realizó numerosos trabajos de textos de la Edad Media y del Siglo de Oro. El Auto de los Reyes Magos, el Cantar del Cid, los Infantes de Lara son algunas de las ediciones realizadas por esta nueva generación de filólogos (Rafael Lapesa, José Manuel Blecua, Emilio Alarcos, Fernando Lázaro Carreter, Manuel Alvar y Diego Catalán), sin hablar del Romancero, de la historiografía, hasta llegar al Lazarillo del Tormes y al Libro de buen amor. Frutos de esta labor son el SECRIT (Seminario de Edición y Crítica Textual) organizado en Buenos Aires por Germán Orduna y la revista Incipit

En los últimos años se está produciendo una renovación en la edición de textos, orientada sobre dos líneas principales: la individualización de los problemas y el estudio de la imprenta. Si el primer caso dio lugar en Italia a la filología de autor y en Francia a la crítica genética, en el segundo los frutos fueron el  Archivo Digital de Manuscritos y Textos Españoles (ADMYTE 1992) y el Medieval Spanish Seminary de la Universidad de Wisconsin, de Kasten y Nitti, que ha publicado las concordancias de casi un centenar de obras medievales españolas. La Biblioteca Nacional y su catálogo Ariadna, la Biblioteca Nacional de París y su servidor Gallica, el Cervantes Virtual y la RAE, además de Universidades, Residencias de estudiantes e instituciones, ofrecen mucha información sobre temas filológicos a través de la red.

Nessun commento:

Posta un commento