mercoledì 30 gennaio 2013

Errores y variantes

Scribere qui nescit nullum putat esse laborem; 

tres digiti scribunt, totum corpusque laborat.

El territorio de la copia es también el del error. Las causas pueden ser externas al acto de escritura, pero sobretodo internas. 
 
Unos errores son hijos del largo y laborioso proceso de copia del manuscrito, que era acto pesado y fatigoso, sobretodo en la Edad Media. Se realizaba en una postura incómoda durante muchas horas, en ocasiones distribuyendo el original en cuadernos o fascículos y repartiéndolo entre varioso copistas (pecia). Este método de copia colectiva se utilizaba sobretodo en las universidades y estaba supervisado por apositos comisarios llamados petarii.
Una vez copiado, el texto era revisado por el copista y/o por el director del taller o scriptorium, quienes introducían las corecciones. Luego se rubricaban los títulos y encabezamientos, muchas veces con miniaturas.
Después venía la encuadernación. Se copiaba sobre pliegos doblados dispuestos en cuadernos (bino el de cuatro folios; ternio el de seis; quaternio el de ocho, etc...) que luegon se cosían por la parte del pliegue.

Otros errores derivan del acto de escritura, en el que se producen cuatro operaciones distintas: la lectura del modelo, la memorización del texto, el dictado interior y la ejecución manual. La dificultad de desciframiento de lo que se copia, con confusión de números por letras, o de abreviaturas o signos, provoca errores de lectura. Descuidos del copista, errores mnemónicos o hasta el cansancio pueden interferir también (como en el Laberinto de Fortuna, con numerosos catalanismos).


ERRORES TEXTUALES

por adición 
duplografía - consiste en la repetición de letras o sílabas iguales en palabras próximas del texto (desaramparado por desamparado)

por omisión
haplografía - consiste en la omisión de una letra, una sílaba o una palabra, debido a la semejanza que se produce con la letra, sílaba o palabra contiguas (esto es gran mavila por maravila)
homoioteleuton o salto de igual a iguial - omisión de un grupo de palabras o de un fragmento de texto

por alteración (o cambio de orden) - cuando el copista cambia el orden de algún elemento gramatical produciendo transposiciones de sílabas, palabras o frases (en las Coplas de Jorge Manrique los vv. 379-380 invierten su orden en la mayoría de los testimonios)

por sostitución - el copista cambia una palabra por otra, porque no la entiende o porque la interpreta por su cuenta (de mármol de Faro por de Paro)

Muchas de estas alteraciones no parecen errores verdaderos sino lecciones originales. En este caso se habla de variantes (lecciones diferentes de un determinado lugar del texto que ofrecen unos testimonios frente a otros) adiáforas o neutras. Solo la pericia del editor, bien por elección mecánica tras la colación de testimonios, bien apelando a criterios no mecánicos como el usus scribendi o la lectio difficilior, puede detectarlas y seleccionarlas. Textos como el de las Coplas, de Jorge Manrique, o el Laberinto de Fortuna, de Juan de Mena, están plagados de variantes neutras.

El error poligenético es el que, aún repitiendose idéntico en varias copias, puede haberse producido de manera independiente por diferentes copistas en circumstancias distintas de espacio y de tiempo.
El error monogenético, en cambio, es el que, reproducido igual en varias copias, posee sin embargo tales características que hacen practicamente imposible que un copista lo haya cometido por su propia cuenta. En consecuencia, los poligenéticos no ponen necesariamente en relación unos testimonios con otros, mientras el monogenético sí asegura la filiación de los testimonios en los que aparece.

La última tipología de error consiste en las variantes da autor, modificaciones introducidas por el autor en el texto de una obra de la que se han extraído ya copias, o simplemente correcciones del autor en una nueva fase redaccional de su obra. Este fenómeno fue atendido por Giorgio Pasquali en su "filología de autor", y es bastante frecuente en la tradición textual de las obras modernas (los poetas puros como Stephane Mallarmé y Paul Valery en Francia, o Juan Ramón Jiménez  y Jorge Guillén en España) aunque no se limite a ellas. Lanfranco Caretti ha estudiado el fenómeno en las obras de Petrarca, Boccaccio, Ariosto, Tasso, Alfieri y Manzoni. Está igualmente bien documentado en el Siglo de Oro español (las Soledades de Góngora han tenido hasta siete redacciones) y el la literatura de la Edad Media (don Juan Manuel, el Marqués de Santillana o Juan de Mena son más reflexivos con su obra, y la misma Celestina tiene una doble redacción en la Comedia en 16 actos y en la Tragicomedia en 21).

Para no perderse entre dobles redacciones, L. Caretti propuso un doble aparato crítico (sección que contiene la relación de variantes no acogidas en el texto, solitamente a pié de página en la edición crítica): sincrónico, que recogería las variantes que no representan intervención alternativa del escritor, y diacrónico, que daría cabida a las variantes de autor, ordenadas cronológicamente.


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