Este tema pretende:
1) comprobar que los presupuestos renovadores y experimebntales situaron a la narrativa española al nivel de las novelisticas más avanzadas de otros países
2) interpretare la nueva narrativa como una polifonía de voces, y como un enigma
LA NUEVA NARRATIVA
La verdad sobre el caso Savolta (1975) de Eduardo Mendoza se considera como una de las novelas fundadoras de la NN, porque se podría inscribir en la novelistica estructural pero sin olvidarse los modoso clásicos de contar historias.
Santos Sanz Villanueva, autor de estudios sobre la narrativa de posguerra, indica que otros autores comparten el mismo gusto por contar, por ej lo autores:
- de novelas policíacas, con Manuel Vázquez Montalbán a la cabeza, autor que no se inspira tanto en la negra americana, cuanto en la europea, de Simenon y cuyas novelas han sido trasladadas al cine (Asesinato en el Comité Central, Los mares del Sur, El laberinto griego...);
- de novelas no policíacas, pero que presentan intriga, suspence o investigación como (ej? 264);
- novelas que mezclan la intriga policíaca con la historia, como Las hogueras del rey (1989) de Pedro Casals;
- de novelas históricas, inspiradas en Graves, Yourcenar o Eco, que recrean la historia de manera fantástica (Paloma Díaz-Mas, El rapto del Santo Graal, 1984 y Pilar Pedraza, Las joyas de la serpiente, 1984), que tratan del imperio romano (Terenci Moix, No digas que fue un sueño, 1986), de la Edad Media (Lourdes Ortiz, Urraca, 1982) o de Siglo de Oro (Alfonso Mateo -Sagasta, Ladrones de tinta, ????), hasta la guerra civil (Juan Eduardo Zúñiga, La tierra será un paraíso, 1989), etc...
- de novelas culturalistas o de ficción metanovelescas (a la Cervantes) , y su referente no la vida cotidiana sino la propia creación, como La saga/fuga de J.B. (1972) de Gonzalo Torrente Ballester, la tetralogía Antagonía (1984-1985) de Luis Goytisolo, la Gramática parda (1982) de Juan García Hortelano o Beatus ille (1986) de Álvaro Pombo;
- de vanguardismo experimentalista, como Escuela de mandarines (1974) de Miguel Espinosa o Larva (1984) de Julían Ríos, con el mito de don Juan reseñado por Juan Goytisolo en El País;
- de compromiso (con el lenguaje, con el texto, con la escritura), como en varias novelas de Millás;
- de tensión dialéctica (entre fantasía y realidad, la vigilia y el sueño, lo permanente y lo cambiante), como Juegos de la edad tardía (1989) de Landero.
LAS ÚLTIMAS APORTACIONES
En muchos autores subyace la idea de que el concepto de realidad es una impostura, y que la novela moderna (a la Bajtín) es más representación de "voces" y de maneras de hablar que de descripciones verdaderas.
Vuelve el concepto de realidad oscilante que Américo Castro aplicó al Quijote, ya que una sustancia poliédrica no admite un tratamiento unidimensional. El salto de lo real a lo fantástico, del pasado al presente, se da no sólo en el tratamiento del espacio y del tiempo, sino también en la caracterización de los personajes y en el desarrollo de la intriga.
Esta visión oblicua y fragmentada es la de la generación X (Ray Loriga, José Ángel Mañas, David Trueba) y otros autores de la NN, como Almudena Grandes, Espido Freire, Antón Castro, Menchu Gutiérrez y Javier Cercas.
Una de las posibles clasificaciones es la de M.Mar Langa Pizarro (2000) entre Antinovela, Metanovela y Neonovela, o la de Almela Boix (2001) que distingue entre las tendencias de la novela española contemporánea: el postmodernismo, la novelas experimental y la ficción metanovelesca, el realismo irónico; otras formas de realismo; la vuelta a la literatura de género (histórica, policíaca, generacional, testimonio crítuico, crónica novelada, novela poemáica; las novelistas.
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