El objetivo
fundamental: resaltar la universalidad y el cosmopolitismo del
modernismo, con antecedentes como el simbolismo francés y otros
movimientos europeos, y comprobar al mismo tiempo que, contrariamente a lo que
en ocasiones se defiende, el fenómeno del 98 español tuvo también una dimensión
internacional y que algunos de sus escritores más representativos son deudores de estos movimientos,
así como de ciertos principios de la filosofía germánica.
Se tiende a comprobar cómo las investigaciones
más recientes, retomando algunas consideraciones de Pedro Salinas, consideran el Modernismo y el 98 no como tendencias divergentes o
exclusivas, sino que señalan más las afinidades que las diferencias. En esta
línea se pretende encuadrar ambos movimientos en el más general denominado “Fin
de Siglo”.
Problemas de definición de época a finales de XIX y principios de XX:
¿Generación del 98 (Ortega, 1910 Azorín 1913 en ABC, Salinas en 1934-35 ) o Modernismo (Emilia Pardo Bazán 1904, Juan Ramón
Jiménez 1935 y Ricardo Gullón 1969)? Mejor Fin de Siglo.
CONSIDERACIONES SOBRE EL 98
A partir de 1899 cominza a circular en los periódicos la idea de una nueva generación de intelectuales con afán regenerador político y cultural. Importante la polémica entre Ortega y Gasset y Maeztu sobre el papel de Unamuno, Baroja, Azorín y Maeztu ante el problema de España. Es verdad que la guerra obligó a redefinir el nacionalismo intelectual , pero no se puede meramente identificar con ella pena una semplificación. Pio Baroja se opuso a la definición; Machado tampoco cree en ella, salvo en Ortega y Gasset, más joven y maduro.
Fecha clave: 1934 = curso de Pedro Salinas El concepto de generación literaria aplicado a la del 98.
El 6 diciembre 1935 leió un resumen en el PEN club de Madrid, aplicando los elementos constitutivos de una g. literaria desarrollado por la ciencia alemana:
- coincidencia en los años de nacimiento;
- homogeneidad de educación;
- experiencia generacional;
- lenguaje generacional;
- parálisis de la g. anterior.
En 1938, Salinas analiza parecidos y diferencias entre G. 98 y Modernismo:
Parecidos: ambos nacen de la insatisfacción con el estado de la literatura, con la tendencia a rebelarse contra las normas estéticas imperantes y con un vago deseo de cambio.
Diferencias: de tono (de los sentidos el M, del examen de conciencia el 98), de propósito (estético en el M, conmovedor de la conciencia nacional en el 98), de rumbo (cosmopolita el M, nacional el 98), de técnica (sintética en el M, analítica en el 98).
Estas distintas posturas se ejemplifican en la Divagación de Rubén Darío y la Vida del labrantín, de Azorín.
En 1966, Guillermo Díaz-Plaja distingue entre una primera generación del 98 (Unamuno y Ganivet) y una segunda (Baroja, Azorín, Maeztu, Antonio Machado), frente a una primera g. modernista (Benavente, Rubén Darío, Valle-Inclán) y una segunda (Manuela Machado, Villaespesa, Marquina, Juan Ramón Jiménez y Gregorio Martínez Sierra). Se basa sobre tres claves: biológica , espacial (98 castellanismo/M mediterraneidad) y temporal (98 temporalidad/M istantaneidad).
MODERNISMO
Definición de la RAE: mov. lit. que, en Hispanoamérica y en España, entre finales XIX y principios del XX, se caracterizó por su voluntad de independencia artística, la creación de un mundo ideal, innovaciones rítmicas del lenguaje y una sensibilidad abierta a diversas culturas - francesa sobretodo.
Diferencia con Modernism inglés,
que abarca todas las manifestaciones, nacido con el intento de defender
lo estético contra las presiones intelectuales, sociales e históricas
que lo amenazaban.
En 1935 Juan Ramón Jiménez dice que es "el encuentro de nuevo con la belleza, sepultada durante el s. XIX por un tono general de poesía burguesa". Hay quien piensa que el M. es un mov. general, como el Renacimiento, dentro del cual caben otros.
En Hispanoamérica = Rubén Darío (línea estética); en España = Miguel de Unamuno (línea ideológica).
En 1969 Ricardo Gullón defiende su naturaleza universal capaz de "declarar una ética a trevés de la estética".
También subraya el problema creado por la invención de la G. del 98 y el consecuente intento de dividir en dos grupos a los escritores españoles, M los estetas y 98 los moralistas. En general, todos los escritores participan de ambos, en proporciones diferentes.
Tampoco es el M pura estética: sin su filosofía que le viene del Romanticismo + Nietzsche no existiría.
Además de ser un movimiento literario comparte el proyecto poltítico y socio-económico hacia la libertad histórica: el libertador José Martí es uno de los precursores, en el momento crucial de la guerra hispanoamericana, del M, así como el anarquista peruano Manuel González Prada y al poeta Lupoldo Lugones, uno de los fondadores del socialismo, como otros que actuaban dentro del movimiento anarquista.
Tampoco puede considerarse al márgen de los cambios sociales y culturales (proliferación de periódicos, modernización del circuito de la letra imprenta, nueva reglamentación del mercado artístico).
FIN DE SIGLO
Para superar la bipolaridad 98/M es importante que se imponga esta definicón común, que además ve la relación entre los mov. españoles y otros europeos (Encuesta entre escritores en Gente Vieja, 1902). Se trata de un período en el que confluyen muchas corrientes, y es difícil de delimitar en el espacio y en el tiempo. Es una de las épocas más ricas de la historia de la literatura española, y merecería una revisión en el marco de la literatura comparada.
Se entiende crísis de fin de siglo el marco general de los acontecimientos, M. una conseguente actitud colectiva y g. del 98 un insieme de biografías.
Fin de siglo aparece ya en 1880, o en El retrato de Dorian Gray (1890) de Oscar Wilde.
Hans Hinterhäuser en Fin de Siglo (1980) la define: en Europa, después de los movimientos racionalistas del s. XVIII y empiristas y naturalistas del s. XIX, hay desconfianza en la razón y en la experiencia como criterio único de la verdad, intentando buscar nuevos caminos para explicar la verdad y el arte (Emilia Pardo Bazán y Pérez Galdós en España, Dostoievski y Tolstoi en Rusia, Gautier, Baudelaire y Mallarmé en Francia, en Alemania).
Parece que coexisten dos escuelas de pensamiento opuestas: una irracional, romántica, y otra positivista. Alejandro Sawa se beneficia de ambas, pero en España predomina la Impresionista, con cuidado de la escritura y obsesión de la apalabra y de la imagen.
INFLUENCIAS
El Simbolismo francés
Baudelaire, Verlaine y Rimbaud son la trilogía del mov. simbolista (Manifiesto del S. El arte por el arte, 1886), llamados también Poetas maldidos. El S. es el resultado del desarrollo de la metáfora como gérmen de poesía. Este descubrimiento empezó en el Romanticismo y llevó a la riqueza de imágenes impresionistas.
También el parnasianismo y el decadentismo son antecedentes importantes.
La crisis del tradicionalismo narrativo inglés
Triunfan la novela psicológica de Henry James, la aventura de Robert L. Stevenson y Joseph Conrad, y el dandismo de Oscar Wilde y de Yeats.
El pensamiento filosófico alemán
Las corrientes irracionalistas y vitalistas de Kierkegard, Schopenhauer y Nietzsche, así como la psicoanálisis de Freud influyeron a Unamuno, a Baroja.
Schopenhaueren en El mundo como voluntad y representación (1918) afirma que "el mundo tal y como lo conocemos no es más que la representación que tenemos de él": sus influencias se pueden leer en Baroja, El árbol de la ciencia, y Camino de Perfección; y en Azorín, en La voluntad.
El idealismo anarcoaristocrático nietzschano está presidido por el concepto de voluntad: Unamuno exalta la energía, Maeztu da batalla a la decadencia, Baroja exalta el hombre de acción, Azorín fuia la voluntad.
Los problemas religiosos y existenciales de Unamuno tienen mucho en común con Kierkegard.
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